Se nos olvidaba (esas cabezas...) que este año estamos recibiendo la visita mensual del Bibliobús. Hemos recuperado ese privilegio, el de que nos visite un carro (moderno, pero carro al fin y al cabo) lleno de libros, "cedés" y "deuvedés", para elegir cuál leemos el mes que sea.

Por si fuera poco el excelente servicio de préstamo que Jose nos da, además el autobús trae dentro a Fernando y Dita, que nos regalan cuentos y adivinanzas. En la foto podéis ver a Fernando en el delicadísimo proceso de camelarse a los más pequeños.

Bueno, podéis ver que en cole se hacen cosas nuevas y cosas antiguas, con las que pretendemos hacer que las consolas, el ordenador y la televisión recuerden que son hijos, todos ellos, de los libros.

Todavía un libro y siempre un libro, que no hace falta enchufe, ni Internet, ni nada de eso: dos ojos y un sitio tranquilo bastan para convertirnos en los mejores directores de cine del mundo, imaginar caras y colores, el brillo de una espada y los ojos de un animal imaginario.

¡A leer!